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Publicado el 26 de julio de 2019Última edición el 23 de enero de 2020
Publicado el 26 de julio de 2019Última edición el 23 de enero de 2020

Ortorexia ¿alimentarse de forma sana puede ser peligroso?

Psicólogo General Sanitario

La ortorexia es un trastorno alimentario que se caracteriza por la obsesión de comer comida considerada como saludable y por la calidad de los alimentos que consume. El término fue dado por el Dr. Steven Bratman en 1997.

Como todo trastorno psicológico, hay que saber medir bien la línea entre lo que realmente es patológico, y lo que podría ser una fase en personas que han decidido hacer cambios en su alimentación y por ende, cuidarse un poco más.

Tirando de hemeroteca he encontrado este dialogo en un artículo del país en referencia a este trastorno:

Te entra hambre a media mañana. Vas a la máquina del café y, de paso, sacas un bollo de chocolate. De pronto alguien clama con voz de profeta: “¡No le pongas azúcar! Es malísimo por la glicación” (un proceso químico debido al exceso de azúcar que lleva al envejecimiento prematuro). “¿Sacarina? “¡Peor aún! ¡Es veneno! Y el bollo ese es masa industrial, lleno de aditivos artificiales y químicos cancerígenos”. Acto seguido le hinca el diente a una manzana de agricultura ecológica y se va tan campante, convencido de ser el último baluarte de una dieta saludable. Aunque, tal vez, sea un caso de persona ortoréxica.

Bien. Claramente por una situación así no se puede determinar que una persona esté experimentando un trastorno, para que esto sea así, la conducta tiene que venir acompañada de otra serie de factores que causen un malestar significativo en el desarrollo de la persona

En la ortorexia pueden darse complicaciones de distinto tipo, pueden ser físicas, fruto de la reducida y estricta alimentación, sobre todo cuando la obsesión por la pureza de los alimentos desplaza las necesidades nutricionales o estas no se tienen en cuenta de forma adecuada. Las complicaciones de la ortorexia son sobretodo psicológicas, teniendo su origen en el uso que se hace de la información que existe sobre los alimentos, es decir, la sobreinformación a la que estamos expuestos hace que existan muchas fuentes donde documentarse, lo cual genera a veces confusión entre los consumidores, por el desconocimiento y fiabilidad de la fuente, todos somos consciente de que pueden existir mensajes contradictorios, ambiguos o poco claros en las redes, y utilizamos nuestro criterio para orientarnos entre unos y otros, esto nos pasa a todos.

Pero en el caso de la ortorexia existe lo que se llamamos sesgos de confirmación, es decir, la tendencia a buscar, interpretar, y recordar aquello que confirma las propias creencias, en este caso se percibe como una amenaza angustiante cualquier tipo de proceso artificial al que se haya sometido el alimento, ya bien sea en su origen o en su procesado. Esto no significa que lo adecuado tener en cuenta esta información y procurar que nuestra alimentación sea lo menos “artificial” posible. Pero el malestar y la ansiedad no tienen que formar parte de este proceso. Al igual que una persona con ansiedad por la salud chequearía todos sus posibles síntomas por internet en busca de un diagnóstico para lo que le sucede, y lo volvería a hacer sucesivamente, las personas con ortorexia verifican, comprueban y planifican durante mucho tiempo todo lo relacionado con la alimentación, y este proceso es percibido con ansiedad.

Las personas que padecen ortorexia también manifiestan sesgos respecto a la comida como por ejemplo el etiquetaje y la polarización, catalogando alimentos como buenos o malos, teniendo un rango muy reducido de consumo de alimentos y estrechando cada vez más el cerco, los alimentos que en principio eran saludables van adquiriendo pegas en base a detalles muy concretos. Una dieta saludable es sinónimo de una dieta variada, y en estos casos la variabilidad suele quedar cada vez más reducida y menos flexible. Es significativo que estas personas tiendan al aislamiento, cuando anticipan situaciones o entornos que no comulguen con sus reglas de alimentación.

También puede ocurrir que la persona que padece ortorexia logre alimentarse de forma adecuada y a pesar de la obsesividad consiga mantener correctamente sus necesidades nutricionales sin presentar déficit alguno. Por tanto lo que realmente define este trastorno es la obsesividad como un patrón de comportamiento permanente y continuo.

Es importante diferenciar esto, de una fase normal, donde una persona que lleva tiempo alimentándose de forma poco saludable, o que simplemente quiera tener una alimentación más consciente con sus valores, se preocupe momentáneamente de leer los etiquetados de los alimentos, o busque información nutricional de calidad y comience una serie de cambios con conocimiento de causa, pero manteniéndose flexible y donde la alimentación sea un elemento más, no una constante que implica padecimiento y control constante.

Una relación sana con la comida está basada en la conciencia y en la oportunidad de mejorar, tanto de forma individual, como colectiva, asumiendo que no existe una forma perfecta de alimentación y que pretenderlo es una quimera. Conciencia sí, exigencia no.

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