El balón endoscópico es de silicona, y se implanta en el interior del estómago mediante endoscopia. Se realiza con sedación, sin causar ninguna molestia al paciente, y en unos 15 minutos, sin necesidad de ingreso ni cuidados hospitalarios.
Duran entre 6 y 12 meses según el tipo de balón, y puede permitir a los pacientes perder más peso, aunque en general, a partir de los 5 meses se pierde muy poco peso.
Pasado ese tiempo, se retiran también por endoscopia y sedación. Los balones intragástricos son una buena herramienta para el tratamiento de la obesidad, en pacientes que todavía no necesitan una operación de obesidad.