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Publicado el 31 de octubre de 2019Última edición el 26 de agosto de 2021
Publicado el 31 de octubre de 2019Última edición el 26 de agosto de 2021

Productos ultraprocesados: palatabilidad y obesidad


El creciente consumo de productos ultraprocesados es un problema de elevada importancia para la Salud Pública. La elevada oferta de este tipo de productos, así como su asequibilidad y publicidad contribuyen a la creación de malos hábitos que pueden repercutir negativamente sobre nuestra salud y se deben de corregir.

Definición de productos ultraprocesados

Los productos ultraprocesados son preparaciones industriales que contienen una larga lista de ingredientes y sustancias derivadas de otros alimentos (no tienen por composición un alimento completo). Como posibles ejemplos encontramos: patatas fritas de bolsa, bollería industrial, zumos de fruta de tetrabrik, salsas preparadas,… Su consumo reiterado se asocia a hábitos alimentarios poco saludables. Este tipo de productos tiene una característica en común, la palatabilidad.

La palatabilidad se define por la RAE como la “cualidad de ser grato al paladar un alimento”.  Este tipo de productos alimentarios, pueden ingerirse en ausencia de sensación de hambre, pues se consumen en respuesta a deseo de recompensa inmediata (placer tras comer este tipo de productos). Esta práctica es peligrosa considerando el entorno alimentario actual, pues hay alta disponibilidad de alimentos palatables con alta densidad energética y un perfil nutricional poco saludable.

¿Qué contienen los productos ultrapalatibles?

Los productos ultrapalatables, además de tener altos contenidos en azúcares, grasas (generalmente refinadas) y de sal, suelen estar preparados con una serie de aditivos. Los ingredientes que nombramos a continuación se suelen encontrar en los productos ultraprocesados.

  • Colorantes
  • Conservantes
  • Antioxidantes
  • Estabilizantes y emulsionantes
  • Edulcorantes
  • Potenciadores del sabor
  • Antiapelmazantes
  • Reguladores de la acidez
  • Gasificantes
  • Otros

¿Por qué consumimos productos ultrapalatables?

Existe una serie de factores que predisponen y favorecen un consumo de productos ultraprocesados:

  • Disponibilidad de productos. El acceso a bebidas azucaradas y procesados es extremadamente fácil, tanto en supermercados, restaurantes y servicios de entrega de comida a domicilio. Esto se ve reflejado en el incremento constante del número de ventas de estos productos.
  • El coste de frutas y verduras y hortalizas se ha incrementado considerablemente comparado con los productos procesados ricos en azúcar. Esta situación lleva a elegir alternativas menos saludables por motivos socioeconómicos, viéndose un incremento de su uso en clases sociales con menor poder adquisitivo.
  • Los medios de comunicación y las redes sociales influyen en gran medida en las elecciones y compras de productos por parte del consumidor. La publicidad, puede manipular nuestras decisiones hasta límites insospechados. Es destacable la existencia de estudios que indican que gran parte del esfuerzo de las grandes empresas de la industria alimentaria, se centra en las cadenas y medios dirigidos al público más joven (niños y adolescentes), pues pese a su poco poder adquisitivo, tienen una influencia importante sobre las decisiones de compra en las familias.
  • Normas sociales. El entorno (familia, compañeros,…) tiene una gran influencia en la cantidad y el tipo de alimentos elegidos.

¿Cómo responde nuestro organismo frente al consumo de productos ultraprocesados?

El sistema mesolímbico es una vía cerebral, responsable de los procesos relacionados con el aprendizaje por refuerzo positivo y recompensa. La ingesta de comida de alta palatabilidad (productos ultraprocesados) funciona como un refuerzo positivo, provocando en el individuo una sensación placentera (recompensa).

A nivel cerebral, esta sensación de placer se relaciona con la liberación de un neurotransmisor, llamado dopamina (DA), en una de las partes del sistema mesolímbico (en Nucleo Accumbens (NAc)), por las neuronas dopaminérgicas del área ventral tagmental que proyectan al NAc). Tras el consumo repetido, el individuo aprende que la ingesta de este alimento está relacionada con el placer causado.

Por ello, vuelve a consumir este alimento con más frecuencia con el fin de conseguir su recompensa, liberación de DA y sensación del placer.

Consecuencias sobre la salud

  • Enfermedades cardiovasculares (ictus, infarto de miocardio, etc.)
  • Diabetes mellitus
  • Obesidad
  • Aterosclerosis
  • Hiperlipemia
  • Hipertensión
  • Aumento de la grasa visceral

Recomendaciones de alimentación

  • Verduras: disminuir el consumo de sopas preparadas con mucha sal, almidones, aceites refinados y sustituir por verduras naturales frescas o congeladas.
  • Frutas: reemplazar zumos de fruta o productos en almíbar por una ración de fruta fresca.
  • Frutos secos: elegir presentaciones en crudo frente a fritas, con sal adicionada, miel,…
  • Legumbres: la clave es optar por preparaciones poco grasas y se puede incorporar en forma de ensaladas, con pasta o trituradas (hummus).
  • Pescado: conservas al natural, en aceite de oliva, ahumados, congelados o en vinagre serían opciones saludables frente a surimis, barritas de merluza, patés, conservas con aceites refinados,…
  • Cereales: hay que distinguir entre los cereales integrales sin azúcares añadidos y los cereales procesados, bollería industrial, pastelería,…
  • Huevos: proporciona las proteínas de mayor valor biológico. Se recomienda su consumo cocido, a la plancha, pasado por agua,…
  • Carnes: optar por cortes magros. En el caso de fiambres, elegir aquellos con mayor porcentaje en carne (>90%). Además, se recomienda limitar el consumo de embutidos, carnes rojas, patés,…
  • Lácteos: es recomendable la elección de quesos de calidad y yogures naturales sin azúcares añadidos frente a azucarados y postres lácteos (flanes, natillas, leches condensadas,…)
  • Aceites: el aceite de oliva debería debe formar parte de nuestra alimentación diaria. Hay que priorizar su consumo con respecto a aceites refinados y de girasol.

Conclusión

El conocimiento de la composición de los alimentos que consumimos es de vital importancia para nuestra correcta nutrición.

De esta forma, podemos discernir y elegir los más adecuados y beneficiosos para nuestra salud, así como distinguir entre buenos procesados y ultraprocesados de un mismo grupo de alimentos.

Desde Clínica Obésitas, os animamos a que leáis nuestros artículos sobre el etiquetado de alimentos para mejorar en el conocimiento de los nutrientes que aportan los alimentos que consumimos.

Artículo escrito por Álvaro Bernabeu, estudiante en prácticas del Doble Grado de Farmacia y Nutrición Humana y Dietética (UV).

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