El miedo, ese gran desconocido
Todos, sin excepción, hemos experimentado miedo en algún momento de nuestra vida. La mayoría de nosotros lo vivimos como una experiencia desagradable, a evitar e intentar que los demás no se den cuenta de ello. Sin embargo, ahí está el miedo, “parece que nos persigue”, que no nos deja en paz por más que nosotros intentamos eludir esas situaciones una y otra vez. En este caso es normal y habitual tener miedo ante una operación quirúrgica, ya que se trata de una situación que provoca cierta incertidumbre. Como es el caso de algunos pacientes que nos comunican su miedo a operarse de Tubo Gástrico. Entonces,
¿Qué podemos hacer con el miedo?
1º Paso: Aceptarlo
El miedo es una emoción que nos está avisando que existe un peligro real o imaginario, es una señal de alerta. Por tanto, de nada sirve pelearnos con él y repetirnos internamente mensajes tales como: “¿Por qué estoy así, parezco un niño pequeño?”…
En su lugar, podríamos decirnos frases como: Acepto tener miedo, acepto parecer débil, sostengo mi miedo y voy a ver que me está diciendo de mí y de mi manera de estar…
Esto último supone dejar de luchar, aceptarlo como una sensación normal, que no nos quita ninguna valía. Hay una frase en este sentido que nos puede dar algo de luz: “Cobarde no es el que tiene miedo, sino el que no lo afronta”. Es decir, una cosa es como nos sintamos y otra como actuamos.
2º Paso: Mirar más allá de nuestro miedo
En algunas situaciones sentimos el miedo ante una situación realmente peligrosa, en las que nuestra integridad física o psicológica corre riesgo. Pero la mayoría de ocasiones, nuestro miedo es generado por situaciones imaginarias que están relacionadas con situaciones dolorosas o dinámicas relacionales del pasado (con mucha frecuencia con nuestra niñez y adolescencia). Por ello, nos es básico tomar consciencia de dichas situaciones, que son la raíz “oculta” de nuestro miedo.
Muchas veces, es posible que por nosotros mismos no seamos capaces de llegar al fondo, así pues, necesitaremos la ayuda de un profesional que nos guíe y nos acompañe para explorar ese miedo y rescatar la situación o dinámica originaria de miedo.
3ºPaso: Actuar
Una vez que ya somos conscientes de cuál es nuestro miedo, es importante que obremos en consecuencia, que en lugar de quedarnos inmóviles y bloqueados, le hagamos frente, lo afrontemos y atravesemos una y otra vez, hasta que poco a poco se vaya debilitando. Es decir, si tenemos miedo a hablar en público, y evitamos siempre esa situación, nunca lo superaremos; y cada vez que lo evitemos, estaremos contribuyendo a que ese miedo se fortalezca. En cambio, si nos enfrentamos a esa situación A PESAR DE TENER MIEDO, cada vez que lo hagamos, ese miedo se hará más débil, nuestra fantasía catastrófica se debilitará y poco a poco nos iremos sintiendo más seguros.