Obesidad en la infancia: Repercusiones

La obesidad en la infancia y la juventud es una enfermedad en toda regla, con importantes repercusiones para el día a día del niño que la sufre, y para su futuro como adulto… que es cuando los pacientes acuden para la realización de una operación de Bypass Gástrico.

Creo que la mayoría, hemos vivido algún caso de obesidad infantil en nuestro entorno, y nos hemos hecho una idea de cómo altera la vida del niño.

Y efectivamente lo altera en su totalidad, aunque a los padres a veces, les cueste verlo o reconocerlo. Le altera de cara a los demás, a los amigos del colegio, del barrio, primos, hermanos´; es “el gordito” o el “perezoso” del grupo, el que come más y más rápido que los demás (aunque no siempre sea así), el que le cuesta más moverse, el que no gusta a las chicas de su edad, escucha risitas sobre sí mismo, y muchas veces acaba recluyéndose en su ambiente familiar o a un círculo muy reducido de amigos.

Además, la situación no es más fácil en el colegio, donde si además no es buen estudiante, recibirá un plus de críticas o burlas encubiertas, y no digamos ya durante las clases de gimnasia, práctica de deportes o natación.

Obesidad en la infancia y la juventud:

El niño obeso sufre un tratado distinto de sus compañeros y de su entorno social, que incluso que incluso puede llegar a hacerle sentir excluido socialmente.

La afectación física del niño o adolescente obeso, no es menos importante que la emocional. Debido al efecto esponja del exceso de grasa acumulada, las hormonas secretadas por el sistema neuroendocrino, no llegan en suficiente concentración a los órganos diana, de manera que se produce un retraso característico en la maduración sexual, donde los genitales masculinos no siempre alcanzan el tamaño deseable, o se produce un retraso en la aparición de la primera menstruación o incluso su ausencia permanente hasta que desaparece buena parte de la obesidad.

Además, otros desequilibrios metabólicos y endocrinológicos relacionados con el acúmulo excesivo de grasa, causan cierta feminización exagerada, advirtiéndose sobre todo en el niño, tanto a nivel físico como emocional, aunque que esto no llega a producir un cambio en sus preferencias de relación sexual.

Por último, otras de las secuelas características de la obesidad en la infancia, son las deformaciones esqueléticas y articulares, como los pies planos, la deformidad vara de las piernas, y en los peores casos la deformidad de las mesetas tibiales y rótulas, entre otras.

En definitiva, la obesidad en la infancia y juventud es una enfermedad en toda regla, con importantes repercusiones para su día a día, y para su futuro como adulto, que pueden llegar a establecerse como crónicas o para toda su vida.

Es lo suficientemente importante, como para que pongamos pronto, todos los medio posibles para prevenirla o frenarla, o si ya está muy avanzada (IMC >50) plantear una operación de obesidad.

Y una última anotación, si la obesidad es familiar, cuando afecta a más de dos miembros de la misma familia, es necesario realizar una “Terapia Familiar Global”, donde unos deben adaptarse a otros y las medidas de cambios de hábitos dietéticos, son para todo el grupo familiar, y todos deben de poner mucho de su parte.