Liposucción, ¿una alternativa para la obesidad?

La liposucción es un de los métodos de eliminación del exceso de grasa, más popular ante problemas estéticos. Y ello se debe, a su simplicidad e inocuidad aparente; resulta muy atractiva, porque parece que “si me atrevo al pequeño riesgo y me lo puede permitir económicamente, perderé toda esta grasa que no quiero, de un día para otro”. Y podría ser así, si no fuese por su peligrosidad y por su ineficacia a largo plazo debido a que a largo plazo más del 90% de los pacientes recuperan la grasa extraída de esa manera.

Podríamos definir dos tipo de liposucción:

Microliposucción: Puede ser un tratamiento complementario de cirugía plástica postbariátrica. Se refiere a aquella que se realiza sobres pequeñas superficies del cuerpo, con anestesia local. Se realizan casi siempre, en el contexto de un paciente sometido a un tratamiento integral de la obesidad y que está obteniendo unos buenos resultados con la pérdida de peso, aunque le quedan ciertas zonas donde no consigue perder peso por su genética. Se trataría de pequeñas zonas como cara externa de los muslos o nalgas, o alguna parte del abdomen. Se tratan de zonas donde puede ser muy difícil perder peso a determinadas personas, a pesar de haber un buen resultado en el resto de su organismo, y en las que pequeñas liposucciones de estas zonas pueden ayudar enormemente a la satisfacción final sobre su resultado (aunque nuevamente, esto no mejora ni un ápice su salud). Bien es cierto que, la felicidad es salud, y paciente feliz es un buen resultado para la salud, y porqué no, si para ello es necesaria una pequeña liposucción.

Estas liposucciones son muy seguras, precisamente por la pequeña cuantía de grasa aspirada, que casi no provoca reacción inflamatoria en el organismo, y son excepcionales las complicaciones antes comentadas de las macroliposucciones o lipoesculturas.

Macroliposucción: Referida a aquella que se realiza sobre grandes superficies del cuerpo, con sedación o bajo anestesia general, de hecho sólo debe realizarse en el quirófano de un buen hospital, y que consiguen extraer cantidades importantes de grasa en los sistemas de aspiración.

Con estos sistemas, para que se hagan una idea, no se consigue NINGUNA mejoría de los problemas de salud relacionados con la obesidad, como podría ser una mejora en la hipertensión o en la diabetes o en la hipercolesterolemia. Sin embargo, si la misma cantidad de grasa se pierde después de dieta y ejercicio físico, SI que se produce una mejoría destacada de estos problemas de salud cuando el paciente los padece.

Con esto nos podemos hacer una idea de lo malos resultados fisiológicos o sobre la salud que producen las grandes liposucciones o la lipoescultura.

No podemos dejar de mencionar, los riesgos innatos de esta técnica, que pueden ir desde una perforación intestinal de consecuencias graves, hasta una embolia grasa que causaría los mismo síntomas que un ICTUS.

Sin embargo es una técnica que muchos cirujanos plásticos utilizan y que es muy solicitada por los pacientes.

Nosotros siempre insistimos, “la obesidad es una enfermedad, cuyo tratamiento NO ES quitar la grasa, sino mediante un método concreto, PERDER grasa”.

De manera que nuestro consejo inequívoco es NO a las macroliposucciones, y PUEDE QUE SI a algunas microliposucciones de pacientes bien evaluados, y realizadas por especialistas cualificados en hospitales con medios adecuados.