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Publicado el 14 de mayo de 2013Última edición el 15 de enero de 2020
Publicado el 14 de mayo de 2013Última edición el 15 de enero de 2020

Cómo elaborar mi dieta después de la operación de Banda Gástrica


Dieta después de la operación

El paciente intervenido de Banda Gástrica, debe de seguir el tratamiento dietético con la mayor rigurosidad, sobre todo durante el primer mes tras la intervención. A continuación describimos cómo elaborar mi dieta después de la operación de Banda Gástrica.  Las primeras dietas deben ser texturas ligeras y muy suaves como son la dieta líquida, semilíquida y triturada que iremos incorporando progresivamente (llamadas dietas progresivas).

El seguimiento de las dietas pautadas en las primeras fases tras el postoperatorio (dietas progresivas), son de gran importancia para que la nueva estructura estomacal cicatrice correctamente y en la posición correcta. Además es importante no tener vómitos especialmente durante las primeras semanas, porque existe riesgo de que la banda se movilice.

Una vez superada esta fase de dietas más estrictas, el paciente ya va a poder disfrutar de una variedad gastronómica es mucho más amplia. El paciente empezará por la dieta Blanda, cuyo objetivo principal es, iniciar la masticación de alimentos íntegros ligeramente condimentados. El paciente debe de ir probando los distintos alimentos con el fin de comprobar la tolerancia a ellos, deberá masticar adecuadamente los alimentos para que éstos adquieran una consistencia más blanda antes de deglutirlos y puedan pasar mas fácilmente por el orifico de salida del nuevo estómago.

Por fin, comer de todo

Cuando ya hemos superado esta fase del tratamiento dietético, ya estamos preparados para tener una dieta basal, es decir comer de todo pero siempre en las cantidades permitidas.

Las advertencias que nunca hay que olvidar:

  1. Comer sin prisa, saboreando y masticando correctamente.
  2. No tragar alimentos que por el motivo que sea, no hayamos podido masticar correctamente.
  3. No comer pan blanco, carnes secas o alimentos difíciles de masticar bien.
  4. Cuando estemos llenos o saciados, dejemos de comer.

Es en esta fase cuando ya podemos “comer de todo, siempre y cuando nos siente bien, por eso es importante que planifiquemos los menús de forma que nos aseguren una alimentación variada y equilibrada y además vayamos modificando los hábitos alimentarios o dietéticos del paciente, de forma que le será más fácil cumplir con éxito el tratamiento.

Dependiendo de la costumbre de cada persona, el horario de trabajo y la intensidad de mismo, las comidas serán más o menos copiosas y se repartirán en varias tomas, Lo importante es que no estar durante el día mas de tres sin comer.

Desayuno
No es necesario que sea copioso pero si bien pensado para cubrir las necesidades nutritivas de cada persona, ya que un desayuno mejor o peor planteado, condiciona el rendimiento físico y mental del resto del día.

Almuerzo
Ligero y saludable. Nunca alimentos de producción industrial.

Comida
En nuestro país representa la toma más importante del día. Puede consistir en un primer plato de farináceos (patata, legumbre, arroz, pasta) o verduras, un segundo plato proteico (carne o pescado o huevo) acompañado de guarnición y un postre.

Merienda
Toma aparentemente poco importante, pero si no se cuida puede desequilibrar el resto de la dieta, ya que a esas horas apetece picar y consumir alimentos poco convenientes. Elegiremos una fruta, lácteo o cereales.

Cena
Más ligera que la comida pero tratando en la medida de lo posible seguir la misma presentación (primer plato, segundo, guarnición y postre.

De todo pero con gusto

Una vez planificado el menú de la semana se procede a elaborar la lista de la compra. Es recomendable llevar un orden a la hora de la compra, de manera que ganaremos en seguridad alimentaria y también conseguiremos ahorrar en la compra.

De esta manera siempre se puede disponer de una despensa completa, pudiendo improvisar una comida rápida pero nutritiva, ahorrando tiempo para poder realizar otras actividades.

Igualmente, a la hora de elaborar los platos hay que tener en cuenta ciertos aspectos con el fin de que la comida resulte dietética y gastronómicamente aceptable. Para ello, se ha de cuidar la calidad organoléptica de cada menú:

Sabor

Alternar los alimentos, tratando de que no se repita el mismo ingrediente en el primer y segundo plato o en la comida y en la cena o en días consecutivos.

Textura
Contraste de preparaciones culinarias para evitar la monotonía (cocido, vapor, plancha, guisado, frito en alguna ocasión, etc.

Valor de saciedad
Conviene que no coincidan en el mismo menú platos demasiado pesados o por el contrario, demasiado ligeros.

Presentación y color
Un plato bien presentado estimula el apetito.

Concepción Ferrando
Diplomada en Nutrición y Dietética

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