¿Alimentación baja en grasas o baja en hidratos de carbono?

Plantear una alimentación baja en grasas o baja en hidratos de carbono puede ser interesante para ciertos contextos. Para ello, primero debemos entender qué son estos nutrientes.

Las grasas y los hidratos de carbono son macronutrientes que cumplen diversas funciones para el correcto funcionamiento del cuerpo humano. Además, forman los principales nutrientes con función energética de nuestra dieta.

• El hidrato de carbono es una fuente energética muy rápida de utilizar, por ello se almacena en menor cantidad en lugares como el tejido muscular o el hígado. Cuando el hidrato de carbono no es digerible (como la fibra insoluble) cumple un papel beneficioso para la flora bacteriana.

• La grasa dietética es una fuente energética mucho más lenta de usar. Tiene la capacidad de almacenarse de forma ilimitada principalmente a nivel subcutáneo y, en contextos como la obesidad, en torno a los órganos. Es importante consumir un mínimo de grasa saludable porque cumple otras funciones con respecto a salud.

Por ello, surge interés en saber si la distribución de estos nutrientes puede mejorar aspectos como la pérdida de grasa corporal. Así, se distinguen estrategias como las dietas bajas en grasas y dietas bajas en hidratos de carbono.

¿Cuáles son las principales características de estas estrategias dietéticas?

• Las dietas bajas en grasas son, además, altas en hidratos de carbono. Están formadas principalmente por alimentos vegetales como: legumbres, cereales, tubérculos, hortalizas o frutas. Aportan pocas calorías cada 100 g de alimento en comparación a las altas en grasas.

• Las dietas bajas en hidratos de carbono son, por el contrario, altas en grasas. Principalmente, se constituyen por alimentos de origen animal como: carnes, pescados, huevos o lácteos (aunque también por frutos secos). Aportan mayor cantidad de calorías a los 100 g de alimento.

¿Qué beneficios aporta una alimentación baja en grasas respecto a una baja en hidratos?

Estudios recientes nos muestran que, si consumiéramos las mismas calorías de una dieta baja en grasas basada en vegetales y una dieta baja en hidratos de carbono basada en animales, observaríamos lo siguiente:

• Una dieta baja en grasas basada en alimentos vegetales integrales aportará más vitaminas, minerales y fibra.
• Dietas bajas en grasas y altas en hidratos pueden preservar mejor el tejido muscular.
• Una dieta baja en grasas puede resultar más saciante debido, en parte, a que ingerimos más cantidad de comida a igualdad de calorías.
• Dietas bajas en grasas reportan mejor tolerancia a la glucosa, es decir: la glucemia (azúcar en sangre) aumentaría en menor medida cuando comemos. Por tanto, se da un mejor control del azúcar en sangre con una dieta alta en hidratos de carbono.
• Con las dietas bajas en hidratos de carbono será más fácil aumentar la proteína dietética, ya que los productos animales son altos en ella.
• Una dieta baja en hidratos de carbono generará una perdida de peso más rápida NO proveniente de la grasa corporal. Esta bajada de peso tan rápida se debe a una pérdida de glucógeno, agua y tejido muscular principalmente.
• A igualdad de calorías ingeridas ambas reportan la misma perdida de peso.

Pacientes con cirugía bariátrica

Los pacientes de cirugía bariátrica, al encontrarse saciados de forma más rápida por un menor tamaño del estómago, deberían encontrarse en un punto intermedio entre ambas. Deberían aprovechar el aporte de vitaminas, minerales y fibra de las dietas bajas en grasa consumiendo vegetales integrales. Por otro lado, aprovechar la facilidad de las dietas bajas en hidratos de carbono para añadir suficiente proteína de productos animales. Esta proteína tiene mucha importancia en el post-operatorio, donde la perdida de peso es muy rápida e ingerir proteína es clave para mantener el tejido magro, para ello está la opción de ingerirla a través de batidos sustitutivos después de la operación.

De esta manera conseguiremos que el aumento de la saciedad producido por las dietas bajas en grasas con muchos vegetales no limite la ingesta de otros nutrientes.

Si es paciente de cirugía y su alimentación solo es basada en vegetales (baja en grasas) podrían darse carencias en proteínas y ácidos grasos esenciales. Y, sí su alimentación solamente fuera basada en animales (baja en hidratos de carbono), se darían carencias en fibra, vitaminas y minerales.

Pacientes en tratamiento sin cirugía bariátrica

Debido a que la saciedad juega un papel clave en la pérdida de grasa (cuanto más saciados estemos, menos calorías ingeriremos), una alimentación baja en grasas basada principalmente en alimentos vegetales (cereales integrales, legumbres, tubérculos, frutas, etc.) será más saciante y ayudará mucho a la pérdida de grasa corporal.

Por ejemplo: si  un estómago tiene una capacidad límite de 1.5 L, estos litros ocupados por alimentos vegetales (como legumbres, tubérculos o frutas) supondrán una ingesta de muchas menos calorías que los mismos litros ocupados por alimentos animales (carnes, huevos o lácteos).

Por tanto, que la mayoría de nuestra alimentación siga una distribución baja en grasas basada en vegetales será la mejor opción para reducir grasa corporal.

Aunque decidamos aumentar el consumo de vegetales por sus numerosos beneficios, esta alimentación puede complementarse si fuera necesario con alimentos animales como lácteos, huevos o pescado; para unos requerimientos de proteína y de micronutrientes completos.

Conclusión

Una alimentación baja en grasas basada principalmente en alimentos vegetales será muy importante si queremos tener una bajada de grasa corporal exitosa y mantenida en el tiempo, aparte de los beneficios en cuanto a salud que obtendremos de estos alimentos.

Sin embargo, si somos pacientes de una operación de cirugía bariátrica, deberemos combinar necesariamente alimentos vegetales y alimentos animales para tener una nutrición completa y adecuada.

Artículo elaborado por Sergio Martínez Nebot, estudiante del Grado de Nutrición Humana y Dietética.

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