20 DE MAYO DE 2017, DÍA EUROPEO DE LA OBESIDAD

El 20 de Mayo, se celebra el día Europeo de la obesidad, con la finalidad de concienciarnos sobre la creciente prevalencia de población con obesidad en los últimos años.

Según la Asociación Internacional para el Estudio de la Obesidad (IASO) y la OMS (Organización Mundial de la Salud), la obesidad es una epidemia mundial considerada como uno de los mayores retos sanitarios del siglo XXI.

Entre 1975 y 2014, la obesidad se ha triplicado en hombres y se ha duplicado en mujeres a nivel mundial. En cuanto a España, es el 2º país europeo (después de Reino Unido), con más obesos y personas con sobrepeso. De forma que el 17 % españoles sufre obesidad, y un 53,7 % tiene sobrepeso.

Además, debemos concienciarnos de su gravedad, ya que la obesidad y el sobrepeso aumentan el riesgo de la aparición de otras comorbilidades, como son la diabetes tipo 2, alteraciones cardiovasculares, dislipemias, hipertensión e incluso, algunos tipos de cáncer.

¿Tenemos una correcta percepción del problema?

Un estudio realizado por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), en el que se llevó a cabo una encuesta a 1.000 personas de todas las comunidades autónomas sobre la percepción de la obesidad, nos muestra que no estamos concienciados.

Según este estudio, el 82,2% de las personas con obesidad no se perciben como tal. La mayoría piensa que tiene un exceso de peso moderado, o incluso que están en normopeso.

En el caso de la población que presenta sobrepeso, sólo el 25% de los encuestados lo reconoce. El 63% de estas personas piensa que está en un peso adecuado, y el 20% piensa que su peso es bajo.

Para tratar la obesidad ¿En qué debemos centrarnos?

Teniendo en cuenta que comemos entre 3 y 5 veces al día, los 365 días del año, cómo nos alimentemos va a repercutir en nuestro peso, y por tanto en nuestra salud. Pero para llevar a cabo una correcta alimentación saludable, debemos tener en cuenta cuáles deben ser nuestras prioridades.

Últimamente, en los medios de comunicación vemos que ha cogido protagonismo la importancia de restringir tanto el azúcar, como el aceite de palma. Ambos son ingredientes que pueden perjudicar nuestra salud, aumentando el riesgo de padecer diabetes, enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico, dislipemias, entre otras.

Esto ha provocado que muchas industrias alimentarias se replanteen qué ingredientes añadir a sus productos. De manera que cada vez tenemos más productos en los supermercados, a los que le han quitado el azúcar (sustituyéndolo por edulcorantes), están cambiando el tipo de aceite que utilizan (aunque éstos siguen siendo refinados), etc.

Al ver en el etiquetado que un producto es “zero”, “light”, “sin azúcares añadidos” o “sin aceite de palma”, muchas personas piensan que se trata de productos saludables, nada más lejos de la realidad. La mayoría de veces, estos productos siguen estando poco aconsejados debido a su procesamiento, al resto de ingredientes que contienen, y a que su consumo hace que dejemos de alimentarnos con frutas, verduras, hortalizas, etc.

Por este motivo, una de nuestras prioridades nutricionales debe ser: CONSUMIR ALIMENTOS, Y NO PRODUCTOS. Nos referimos a alimentos, a todos aquellos que no estén procesados, o que tengan un mínimo procesamiento, como son las frutas, verduras, hortalizas, legumbres, frutos secos, frutas desecadas, pescados, carnes, huevos, aceite de oliva virgen, algunos lácteos, etc. Es más, al consumir estos alimentos, no tendremos que preocuparnos por mirar el etiquetado, ya que no suelen contenerla.

¿Cuál debe ser el objetivo?

La mayoría de pacientes que vienen a consulta, vienen preocupados por su peso, y normalmente preguntan a la nutricionista cuáles son los alimentos que menos engordan, o aquellos que son adecuados para adelgazar.

Pensar en la motivación de adelgazar, muchas veces hace que nos olvidemos del que debería ser nuestro verdadero objetivo: MEJORAR NUESTRO ESTADO DE SALUD. Es cierto que al perder el exceso de peso, va a mejorar enormemente nuestra salud. Pero nuestro objetivo principal debe ser mejorar nuestra alimentación para que ésta sea saludable, de manera que la pérdida de peso será secundaria, y vendrá sola, al cambiar nuestros malos hábitos anteriores.

Una de nuestras prioridades nutricionales debe ser por tanto NUTRIRNOS adecuadamente. No debemos “pasar hambre”, realizar dietas muy estrictas, consumiendo sólo un tipo de alimento, o que se base únicamente en batidos o pastillas adelgazantes.

¿Cuáles deben ser las prioridades nutricionales para combatir la obesidad?

Le resumimos cuáles deben ser sus prioridades nutricionales:

• Consumir más vegetales, ya sean crudos o cocinados, y que estén presentes tanto en las comidas como en las cenas.
• Ir más al mercado, y menos al supermercado, ya que nos ayudará a no caer en la tentación de comprar productos muy procesados, teniendo a nuestro alcance más alimentos frescos.
• Beber agua. Si queremos hidratarnos, lo único que realmente calmará nuestra sed será el agua. El resto de bebidas como los refrescos, bebidas alcohólicas, zumos comerciales, etc. no deben formar parte de nuestra hidratación diaria.
• No solo debemos centrarnos en la alimentación. Para conseguir una salud óptima (y también para ayudarnos en la pérdida de peso), debemos tener en cuenta otros aspectos como son: la realización de actividad física regular, controlar el estrés, tener un correcto descanso, tener una buena salud mental, sonreír y disfrutar de nuestros seres queridos…