Obesidad y riesgo cardiovascular: prevenir en Navidad
La prevalencia de la obesidad y riesgo cardiovascular que genera sigue aumentando de forma incesante, y representa un problema destacado en nuestra sociedad y se hace más evidente durante estas épocas del año. La disminución de la práctica de ejercicio físico, el aumento de la ingesta de alcohol y del tabaco, además de los inevitables mayores aportes de grasas e hidratos de carbono, son los principales determinantes para sufrir un empeoramiento de la obesidad y el riesgo cardiovascular durante la época navideña. Fomentar la actividad física y destacar una alimentación adecuada y saludable serán los objetivos para que nuestra salud no sufra durante estas fechas.
Obesidad y principales factores de riesgo cardiovascular
La obesidad y el riesgo cardiovascular se asocian con procesos crónicos como las enfermedades cardiovasculares tales como la enfermedad coronaria y la insuficiencia cardíaca entre otras. Otros factores como la hipertensión y dislipemia, otros como la diabetes mellitus, problemas osteoarticulares que sigilosamente ganan terreno en Navidad. Las personas que deben tener especial atención estas Navidades son las que padezcan obesidad y enfermedades cardiovasculares crónicas entre otras, ajustando su alimentación a productos específicos.
Practicar ejercicio físico y una alimentación sin excesos para reducir obesidad y riesgo cardiovascular
Por el mero hecho de realizar ejercicio físico ya obtenemos beneficios. Para la obesidad y riesgo cardiovascular se debe recomendar la actividad física regular para el control de peso a largo plazo. Se deben resaltar los efectos positivos tales como la mejoría del control de la presión arterial y del perfil lipídico, el aumento de la tolerancia a la glucosa así como de la sensación de bienestar. Lo más importante es practicar el ejercicio físico con regularidad y constancia, y no durante épocas específicas del año.
Otros consejos básicos para mantener a raya la obesidad y riesgo cardiovascular durante la Navidad son:
• Disminuir o evitar los alimentos preparados o precocinados, además de seguir una alimentación baja en sal.
• Reducir la ingesta de alcohol.
• Disminuir o evitar el hábito tabáquico.
Finalmente, recomendamos disfrutar con moderación estos días festivos, continuar con el ejercicio físico y los hábitos alimentarios seguidos a lo largo del año. En cierta medida, el mejor tratamiento para la obesidad y riesgo cardiovascular es la prevención.