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La cirugía por laparoscopia, sin abrir el abdomen, permite un manejo sencillo de los síntomas, y facilita la comodidad postoperatoria.
La recuperación es muy cómoda y rápida. El paciente puede tomar dieta líquida a partir de las 24 horas de la operación (después de una prueba rápida y sin molestias en Radiología). Puede pasear por toda la planta de hospitalización, sala de estar, etc. (Excepto en la Banda Gástrica, donde toman líquidos a las 3 horas y se van a su domicilio al día siguiente).
La última noche ya no se lleva sueros habitualmente, lo que le permite moverse con más comodidad y dormir bien.
El paciente lleva un drenaje durante la estancia en el hospital, que lo más frecuente es que se retire antes de ir a su domicilio.
Las heridas de la laparoscopia, son muy pequeñas, molestan poco y no llevan puntos que se deban quitar. Los puntos son internos y reabsorbibles.