Abdominoplastia y Obesidad: Implicaciones emocionales

Abdominoplastia y obesidad suelen darse en personas que han tenido una importante disminución de volumen corporal en un corto espacio de tiempo; y tras este cambio de volumen la persona se siente insatisfecha con la apariencia de su abdomen. En nuestra experiencia clínica esta insatisfacción se dirige principalmente hacia a la presencia en el abdomen de piel caída y estirada, que son definidos por los pacientes como “colgajos”.

Abdominoplastia y obesidad: Motivaciones psicológicas.

Aunque la abdominoplastia es una operación quirúrgica generalmente las motivaciones que llevan al paciente a intervenirse no suelen ser médicas sino que principalmente psicológicas. Hemos observado que la demanda por parte del paciente de este tipo de cirugía tiene que ver más con cómo percibe a sí mismo que con la apariencia objetiva de la zona. Así por ejemplo, algunos pacientes de cirugía bariátrica con una aceptable apariencia y funcionalidad refieren una alta insatisfacción y demandan la abdominoplastia. Pero también nos hemos encontrado el lado opuesto, pacientes que a nuestro juicio necesitaban una operación de abdominoplastia, no han referido ningún interés en dicha cirugía. Por lo tanto, la variable más importante en juego es el grado de aceptación corporal y cómo en algunas personas su autoestima está totalmente mediatizada por tener una imagen corporal ideal. Se vuelve a manifestar que lo importante no es la realidad sino como la vivimos y la sentimos.

Abdominoplastia y obesidad: ¿Cuándo se suele realizar?

La abdominoplastia se realiza en aproximadamente un 15% de los pacientes que, como comentamos a principio del artículo, experimentan una gran pérdida de volumen corporal, como puede ser tras una operación de cirugía bariátrica. Y está recomendada en las falderas importantes que causan sudoración en la zona y dermatitis; y en abdómenes muy prominentes por obstrucción del recto. Así pues, técnicamente en muy contadas ocasiones van parejas abdominoplastia y obesidad con gran bajada de volumen corporal.

Abdominoplastia y obesidad: Cómo bajar de volumen y estar satisfecho.

A nivel puramente físico, la realización de ejercicio abdominal frecuente e intenso suele ser la principal clave para que la apariencia del abdomen sea la mejor posible. Esto es así porque la presencia de la musculatura evita que se descuelgue en exceso esta zona. Sin embargo, como hemos comentado en el primer apartado, la apariencia física no es la principal variable que lleva a la persona tras una bajada importante de volumen, a querer realizarse una abdominoplastia. Cómo miro mi cuerpo, cómo lo critico, como lo valoro generará en mi unas emociones y no otras. Si por ejemplo, no hago más que criticar mi cuerpo inevitablemente las emociones que genere serán desagradables. En cambio si la mirada hacia mí mismo y mi cuerpo es de aceptación, experimentaré paz y tranquilidad. Aceptación no quiere decir que me guste, sino quiere decir que me tomo tal y como soy, sin criticarme ni juzgarme. Significa aceptarme como alguien que no es perfecto, renunciar a esta perfección y poder estar “en paz” con mis imperfecciones. Significa, por tanto, poder renunciar a esa imagen ideal de uno mismo que me condiciona en la vida y que mantiene mi valía sujeta a una supuesta perfección que casi nunca se da o que es muy costosa de mantener.

Desde la aceptación a uno mismo, podremos ser capaces de tomar las decisiones oportunas, no desde el estado de autocrítica (que nos genera malestar) sino desde el cuidado genuino hacia nuestro cuerpo y hacia nuestra persona. Y si decidimos realizar la abdominoplastia será desde querer mejorar nuestra calidad de vida y no desde esa urgencia que supone no sentirse perfecto o adecuado.