Actualidad
Artículos divulgativos
Publicado el 10 de mayo de 2013Última edición el 15 de enero de 2020
Publicado el 10 de mayo de 2013Última edición el 15 de enero de 2020

El papel de la rabia en nuestra vida


La rabia puede adquirir numerosas formas y nombres: ira, cabreo, enfado, resentimiento, odio, enojo, tirria, aversión, decepción… Tenga el nombre que tenga, lo cierto es que es una emoción socialmente no deseada, sobre todo tras una operación de Tubo Gástrico. Nos hace sentirnos como “malas personas” si la sentimos y expresamos. Es decir, en nuestra sociedad no está bien visto expresar ni muchas veces sentir rabia; por lo tanto, cuando esta surge nos sentimos agresivos, “malas personas”.

Pero, ¿qué es la Rabia?

La Rabia es una emoción que surge, que nos indica que una necesidad o un deseo nuestro no están siendo satisfechos. Es decir, hay algún obstáculo que nos impide alcanzar eso que necesitamos o queremos.

Nos impulsa pues a querer apartar, agredir, eliminar ese obstáculo para poder acceder a eso que necesitamos o anhelamos.

La Rabia es una emoción que nos da mucha fuerza, nos hace poderosos, nos impulsa a que luchemos para defender nuestros derechos, límites…

Cuando es Rabia y cuando lo parece pero no es

Lo explicaré con dos ejemplos para que se vea más claro:

– Si estamos viendo una obra de teatro y alguien de la fila de delante nos está dificultando la visibilidad (y la obra realmente nos interesa), es normal que sintamos Rabia hacia esa persona, y queramos apartarla de nuestro campo de visión.

– Sin embargo, si fallece una persona querida, y estamos cabreados con el mundo, disgustados, enfurecidos, etc… puede parecer Rabia, pero esta emoción está tapando otra más profunda y auténtica, que puede ser la Tristeza, de pérdida, de vacío.

¿Qué ocurre si la inhibimos?

Si no nos permitimos sentirla, ni expresarla estamos dirigiendo toda esta energía, esta furia hacia nosotros mismos. Mermamos nuestra fuerza vital (no nos olvidemos que la Rabia es una de las emociones que nos da más fuerza) y nos estamos agrediendo a nosotros mismos. De hecho, las personas deprimidas, en realidad, están inhibiendo sus impulsos agresivos contra ellos mismos, desproveyéndose de la su fuerza vital y hundiéndose e entristeciéndose.

¿Y si la sobredimensionamos?

Hay personas que se enfadan fácilmente, que cualquier pequeño obstáculo o inconveniente les genera mucha rabia, y consecuentemente están siempre malhumorados, quejándose, enfrentándose a los demás. Así, consiguen separarse y distanciarse del resto del mundo, es como una especie de barrera o muro, para que los demás no se acerquen. Se suelen fijar en los inconvenientes de las personas y situaciones, y no en lo que aprecian. Todo esto merma en gran medida la capacidad de amar de la persona, de estar con otros, de valorar, pero también de valorarse. Generalmente esta rabia suele ser también “la tapadera” de otras emociones más profundas que la persona no se permite vivir. Es importante señalar que, a veces, estas personas suelen posicionarse como superiores al resto, es decir, gracias a la Rabia, consiguen esa energía que les hacen sentirse mejor, pero siempre a costa de los demás, sin asumir su parte.

Aprendiendo a manejarla

El primer paso es darnos cuenta que estamos rabiosos y qué está produciendo nuestra rabia, y descartar que ésta esté encubriendo otras emociones y que estamos consiguiendo con esa emoción. Una vez en contacto con nuestra rabia, podemos decidir si es oportuno manifestarla directamente a la/s persona/s implicada/s.

Si no lo consideramos oportuno, porque la situación no lo requiere, hemos de encontrar formas de canalizarla (hablando con otro, haciendo ejercicio, escribiendo, dibujando, bailando…).

En el caso de decidirnos a expresarla, es importante realizar mensajes en primera persona (“Cuando haces x… YO me siento así)” y no en segunda (“ Eres…” o “Me estás…”), así no agredimos al otro y favorecemos que se abra y sea receptivo a nuestro mensaje.

Sin embargo, también hemos de tener en cuenta, que hay ocasiones en que para ser respetados hemos de realizar mensajes firmes y directos (Ej: “¡Para!”), eso sí, siempre respetando a la otra persona y no agrediéndola.

¿Te ha gustado este artículo? ¡Valóralo!
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (1 votes, average: 5,00 out of 5)
Cargando...

Escriba su comentario

 Acepto la política de privacidad

Debe aceptar la política de privacidad para enviar un comentario

Artículos relacionados

ansiedad y comer
Antes de adentrarnos en este tema, cabe recordar que la ansiedad es una emoción compleja. La sensac...
18 Jun 2021
relaciones familiares cirugía bariatrica
Las personas que se someten a cirugía bariátrica, muchas veces se preguntan qué cambios se pueden...
29 Jul 2020
Como psicólogo de Clínica Obésitas, lo primero es mandar un mensaje de apoyo a todos nuestros pac...
17 Mar 2020