El papel de la motivación
Es “el impulso que nos lleva hacia”, la energía con la que nos impulsamos en una determinada dirección. Sin motivación, estamos perdidos, desorientados, estancados; no sabemos hacia dónde dirigirnos. Todo el mundo necesita una motivación para seguir adelante, para llevar acabo una idea…
Por ello es tan importante y vital en nuestra vida encontrarla, reforzarla, alimentarla y saber que cosas nos la están mermando e inhibiendo a la hora de enfrentarse a importantes cambios en nuestra vida, como puede ser una intervención quirúrgica como el tubo gástrico, un cambio de hábitos, iniciar o acabar una relación…
Potenciadores de la motivación
Disfrute y placer
Si una actividad nos proporciona placer y disfrute es mucho más sencillo que nos motive a realizarla con mayor frecuencia. Por ello, a la hora de plantearse un objetivo es importante que este tenga una parte placentera, en la que disfrutemos, nos entusiasmemos…
Vínculo
En nuestra vida realizamos numerosas actividades porque sabemos que dichas actividades son interesantes o valoradas por personas cercanas a nosotros. Incluso practicamos deportes, aficiones o desempeñamos profesiones porque nuestros padres las han ejercido o han deseado que algún día nosotros lo hiciéramos. Si nos identificamos con alguien o algo, nuestra motivación se multiplica. Esto enlaza con el siguiente concepto.
Compromiso / cuidado
Si estamos muy comprometidos con nosotros mismos, con un trabajo, con nuestra familia, con nuestro pueblo, con nuestra lengua… estaremos motivados para CUIDARLOS, es decir, realizar acciones que los protejan, crezcan, mejoren…
Por ello, cuando se empieza un proceso es básico un compromiso con ese asunto, un deseo de cuidarlo.
Inhibidores de la motivación
Miedos
Los miedos son los principales inhibidores de la motivación. También nos pueden impulsar a realizar acciones o a dejar de realizarlas para protegernos (o proteger a otros) pero si tengo mucho miedo hacia algo que también deseo, puede llegar a ser un freno muy considerable.
Por ejemplo, si quiero casarme, pero al mismo tiempo tengo mucho miedo, la persona puede quedarse paralizada, insatisfecha, sin ir hacia un lado y sin querer estar en otro.
Exigencias – deberías
Cuando una determinada actividad va cargada de muchas exigencias: “Tengo que hacerlo perfecto”, “No puedo fallar”, “Sería un desastre si fallara”… nuestros miedos se hacen muy grandes y la motivación, así como las probabilidades de realizar esa actividad, disminuyen notablemente. Es importante estar atentos a expresiones como TENGO QUE, DEBO… porque nos están indicando que en esa área nos estamos exigiendo y esto nos merma energía y fuerza.
Otras prioridades y valores
Si tenemos muchas ocupaciones en nuestra vida que ya están consumiendo nuestra energía y no ponemos esa área en un lugar importante de nuestra vida, difícilmente nos sentiremos motivados en esa área. Nuestra cabeza, nuestro tiempo, nuestra energía ya están encaminadas en otras cosas y realmente no queda espacio para esa. Muchas veces aludimos PEREZA para comenzar algo, y realmente la mayoría de las ocasiones es que no hemos dejado un espacio para esa actividad.
Conclusión
Resulta vital para potenciar nuestra motivación, conocernos a nosotros mismos, nuestros recursos, nuestros límites, nuestras preferencias, pero también nuestros autoengaños. En la mayoría de las situaciones nos limitamos a nosotros mismos con pensamientos como “Yo no puedo/No sé/ Odio hacer eso”.
Tanto es así, que nos lo acabamos creyendo; sin embargo, cuando nos damos una oportunidad, nos enfrentamos a ese miedo, a esos obstáculos, nos damos cuenta de que realmente somos más capaces de lo que pensábamos. Es ahí dónde crecemos como personas, dónde nos hacemos más capaces y aumentamos nuestros recursos…