Comida y placer: Confusiones
Comida y placer son dos términos que solemos considerar unidos, casi inseparables. Hoy en día la mayoría de los anuncios sobre alimentos exaltan la capacidad de dar placer a nuestros paladares. Y el hecho de salir a comer con gente suele ser ineludiblemente un acto placentero No obstante existen varias confusiones que debemos tener en cuenta tras un Bypass Gástrico.
Comida y placer: cantidad no es sinónimo de placer.
Muchas personas piensan que comer en gran abundancia es “comer bien” o ser un “buen comedor”. Y cuando se plantean comer menos cantidad se sienten muy frustrados porque lo viven como que van a dejar de disfrutar. Para estas personas es importante cuestionar esta creencia, ya que respetando las cantidades que mi cuerpo necesita (que seguro son mucho menores), pueden disfrutar igualmente.
Comida y placer: velocidad (compulsión) no es sinónimo de placer.
También se suele mezclar la velocidad de ingesta con el grado de placer que se siente al comer. Y la realidad es realmente al contrario: el disfrute, el notar el sabor, la textura, la condimentación… del alimento únicamente se puede experimentar cuando masticamos y degustamos despacio y con calma.
Comida y placer: el ejemplo del sumiller.
Como situación que ejemplifica ambos puntos es el del sumiller, que es el catador o degustador profesional de vinos. A nadie se le pasa por la cabeza que para disfrutar y saborear un buen vino, se tenga que beber un vaso de vino entero de un sopetón. ¿Verdad que esto último no nos viene una imagen de disfrute en la que podamos notar los sabores y matices del vino?, Entonces ¿Por qué con la comida nos empeñamos en que comiendo mucho y rápido se disfruta más?
Quizás nos deberíamos plantear que comer mucho y rápido está más relacionado con una compulsión, una conducta adictiva que con un acto de disfrute; al igual que pasa por ejemplo con el tabaco o cualquier otra droga como la cocaína, heroína, etc.