Mesoterapia tras cirugía de obesidad

La mesoterapia tras cirugía de obesidad es un tratamiento médico estético de la obesidad que actualmente se encuentra en auge, debido a la efectividad y resultados positivos que se obtienen. Es especialmente útil para ayudar a la pérdida de grasa en zonas localizadas, donde debido a factores hormonales y genéticos, el exceso de grasa no termina de desaparecer tras una operación de obesidad. Esto se produce con más frecuencia, en zonas la cadera, muslos o abdomen.

Actualmente se llevan a cabo diversas técnicas que pretenden facilitar la movilización de la grasa de zonas localizadas, para así lograr un aspecto visual más satisfactorio. Este tipo tipo de técnicas tienen una eficacia limitada, y nunca se deben pretender resultados «espectaculares» ni «globales» con su aplicación. Se trata de procedimientos de apoyo complementarios, a las pérdida de peso conseguidas por métodos clínicos supervisados, que busquen resultados a largo plazo mediante el cambio de hábitos.

La pérdida de peso y de masa corporal a través de la dieta, el deporte y en los casos aconsejados mediante cirugía de la obesidad, conlleva en algunas ocasiones cambios en la morfología celular tanto a nivel interno como externo.

La mesoterapia tras cirugía de obesidad, es un método que avalado por años de experiencia y de conocimiento, puesto que desde principios de siglo se viene utilizando y perfeccionando esta técnica, hasta el punto de haber sido incluida en estudios médicos superiores y existir una academia concreta en la que se forma a los especialistas en ella (Sociedad Francesa de Mesoterapia).

Por tanto, es una técnica que pretende mejorar el aspecto externo y la composición interna de la piel y de los lípidos respectivamente. Además, su uso se amplía a otros campos como son las estrías que aparecen como consecuencia de pérdidas muy elevadas de peso, arrugas faciales de la edad e incluso para ciertos problemas circulatorios menores.

La mesoterapia se lleva a cabo mediante la inyección transcutánea (por debajo de la piel y sin causar dolor) de sustancias homeopáticas, que están testadas clínicamente y son completamente seguras, y sólo debe realizarla personal médico. Además, siempre debe disponerse de un ambiente estéril, deben respetarse los estándares deontológicos exigidos por las sociedades involucradas en la formación.

Son necesarias sesiones repetidas, que a continuación suelen seguirse de un tratamiento de presoterapia o de un masaje que busca el drenaje linfático.

Actualmente se han puesto de moda una modalidad que llamada «Mesoterapia Virtual», en la que supuestamente un aparato que emite radiofrecuencias consigue el mismo efecto que la mesoterapia. La principal diferencia está, en que ese aparato lo puede aplicar personal NO MEDICO, y eso permite su utilización en gabinetes de belleza y peluquerías. En todo caso, parece que se obtienen ciertos beneficios, aunque no comparables a la mesoterapia.

Además, debemos recordar, que la mesoterapia no es un tratamiento único y mágico que puede eliminar todos los problemas que llevamos arrastrando desde años atrás, sino que se trata de un soporte adicional propuesto por el especialista tras la valoración por parte de un  equipo multidisciplinar,  para así poder seleccionar el tratamiento más adecuado a cada tipo de paciente. Esto permitirá llevar a cabo una correcta intervención y selección individualizada del método más eficaz.

La alternativa cuando falla la mesoterapia, son la liposucciones localizadas, con el inconveniente de que se trata de una pequeña operación. Debe realizarse siempre en el ámbito hospitalario (en un quirófano) y por cirujanos especializados.

De ahí la importancia de contactar con profesionales médicos bien cualificados y que garanticen que el servicio se realizará de la forma más segura y eficaz, unido a un tratamiento nutricional, psicológico y de cirugía según la situación lo requiera.